Esos bichitos que pululan por la cabeza

¿Qué son los piojos?

Los piojos (Pediculus humanus capitis) son unos insectos sin alas de tamaño muy pequeño, aunque visible al ojo humano, que se adhieren al cuero cabelludo y se alimentan de sangre humana. Poseen un ciclo de vida corto, alrededor de 30 días. Las hembras son sumamente prolíficas, hasta 150 huevos. Estos son ovoides, blanco-traslúcidos y con sustancia pegadiza que facilita su adherencia al cabello.

Su existencia es conocida desde tiempos remotos, incluso la Biblia los menciona. Sus brotes por infestación –referido al mundo occidental- han seguido líneas ondulantes, con épocas de suma prevalencia y otras con mínima incidencia, siendo la última década un periodo donde se detecta -datos referidos a España- un considerable aumento.

Aunque el nivel porcentual varía según países y zonas, este tipo de infestación se extiende a todas las regiones de nuestro planeta, sin importar estatus socioeconómico y cultural.

A pesar de que los piojos no poseen alas y consecuentemente no pueden volar, se propagan y se contagian de forma muy rápida y relativamente fácil. Los contextos grupales, el contacto y en especial el intercambio de prendas y objetos permiten que estos bichitos alcancen una nueva morada de manera sencilla. Colegios, guarderías, actividades deportivas, campamentos de verano, etc. son lugares ideales para la propagación.

Una vez posibilitada la llegada a una nueva víctima, el parásito se agarra firmemente al cabello, donde deposita sus huevos y avanza hacia el cuero cabelludo para succionar la sangre con la que se alimenta.

¿A quién afecta principalmente?

Los niños son los principales pacientes de este tipo de plaga, especialmente el sector comprendido entre los 2 y 12 años, llegando a ser cientos de millones los afectados a nivel mundial; sólo en Estados Unidos la cifra alcanza los 10 millones.

Los padres saben que el regreso de sus hijos al colegio potencia en alto grado la posibilidad de infestación y temen, en este aspecto, cada inicio de curso. Nadie está exento de contagio y estos bichitos hacen su agosto un mes después.

Pero no sólo los pequeños están predispuestos al contagio. Por desgracia, también otros segmentos de edad más avanzada están sujetos a padecer la infección. Aunque en menor medida, los lugares tumultuosos pueden ser foco de transmisión, sin importar la edad, sexo o raza. Los piojos, que no vuelan, se propagan a través del contacto cercano.

¿Cuáles son los primeros síntomas de contagio?

Como ya se ha dicho, los piojos se aprecian visualmente. La dificultad estriba en que una vez aferrados al cuero cabelludo resulta más difícil identificarlos, dada la masa capilar que los envuelve. Por ello es más fácil ver las liendres que anidan en las hebras capilares. Los piojos depositan sus huevos a lo largo del cabello, más bien cerca de su raíz. De esta forma consiguen mantener una adecuada temperatura y una cierta invisibilidad.

Las liendres rompen el huevo al cabo de unos 8/10 días. Dejan su caparazón y se trasladan a través del hilo capilar hacia su raíz, para asirse luego a la piel. Esto unido a una especie de saliva que utilizan, provoca una picazón que conlleva el rascado.

La piel se irrita, aumenta el escozor, el rascado y, con ello también, las posibilidades de infecciones bacterianas.

Los piojos pueden invadir toda la zona capilar, siendo, por lo general, la nuca y detrás de las orejas las franjas de mayor relevancia. Conviene conocer que las personas que sufren por primera vez el contagio de estos insectos pueden tardar algunas semanas en percatarse de sus efectos.

¿Qué hacer ante una infestación de piojos?

Lo primero es no alarmarse. Este suceso, como se ha expuesto con anterioridad, puede darse en cualquier circunstancia, al margen de una cuidada y saludable existencia.

Debemos tener claro que los piojos no desaparecen sin más. Es necesario tomar una serie de medidas para erradicarlos. Y estas han de comenzar tan pronto se detecta su existencia o sus primeros síntomas. Tenemos que saber que estos insectos son muy prolíficos y el contagio sumamente alto.

En primer lugar es preciso aislar la ropa y otros enseres que hayan estado en contacto con la zona infectada. Estos ropajes los lavaremos con agua caliente (60º) con la finalidad de matar cualquier insecto, sea adulto o larva.

Posteriormente, humedeceremos el cabello para facilitar su peinado y utilizando una lendrera o peine para piojos peinaremos los cabellos por zonas. La lendrera es un peine con muchas y finas púas que permite arrastrar y eliminar los huevos depositados en los cabellos. Una vez usado, esterilice el peine antes de guardarlo y volverlo a utilizar. Tampoco olvide limpiar e higienizar adecuadamente el lugar.

Luego aplicaremos algún producto específico para combatir piojos. Por suerte existen en el mercado diversos elaborados farmacéuticos con los que hacer frente a la infestación. Debemos, no obstante, pedir consejo a nuestro farmacéutico para que nos indique que producto es el más indicado para erradicar la plaga.

También conviene decir, que no siempre estos productos, ofertados con la mejor voluntad, resultan efectivos al cien por cien. Algunas veces por no seguir adecuadamente sus instrucciones y otras por la mayor resistencia de estos insectos, que se vuelven inmunes a ellos.

Si un tratamiento resulta ineficaz es preciso cambiarlo, no persistir con él. En estos casos no está de más acudir al especialista médico para que valore y recete la solución adecuada. Cuanto más tiempo se sufra los alcances de la infestación, tendremos más posibilidades de padecer efectos secundarios.

Otros remedios de erradicación alternativos.

Existen una serie de remedios de tipo casero que han venido utilizándose a través del tiempo para tratar este tipo de infestación. Estos remedios, no tienen el aval médico, ni tampoco evidencia científica que aseguren el éxito.

No obstante, muchas personas que los han usado aseguran que les han servido y que han conseguido eliminar por completo la plaga de piojos.

Sin pretensión de recomendarlos, a continuación se relacionan los más usados y considerados.

Aceites esenciales. Tales como árbol de té (Melaleuca alternifolia), clavo (Eugenia caryophyllus), menta poleo (Mentha pulegium), lavanda (Lavandula angustifolia), orégano (Origanum vulgare) y mirto (Myrtus communis).
Operan como repelentes, a semejanza de como lo hacen las plantas con los agentes nocivos que las atacan.
Este tipo de remedio debe usarse con cautela ya que pudiera incidir en efectos secundarios, sobre todo en el caso de existir algún tipo de problema epidérmico.

Aceite de oliva. Actúa como agente asfixiante que acaba con los piojos. Los que han usado este método aseguran haber tenido éxito. Recomiendan usarlo a modo de ungüento sobre la zona, empapándola y dejándolo actuar durante unos quince minutos. Luego, peinar y lavar el cabello. Debe utilizarse un mínimo de tres semanas.

Mayonesa. Basado en el mismo principio que el anterior. Se embadurna la zona con bastante cantidad y se coloca un gorro y se deja actuar durante toda la noche. Luego se peina y se lava adecuadamente. Repetir al cabo de 5 días durante al menos tres semanas.

Vinagre. Mejor de vino. Se aplica sobre la cabeza mojando todos los cabellos y realizando un suave masaje sobre el cuero cabelludo. Al cabo de unos 15 minutos se peina el cabello y se lava. El vinagre actúa como suavizante del cabello facilitando el despegue de las liendres. Repetir un par de veces por semana y durante un periodo de 21 días.

En todo caso, debe tenerse en cuenta que no existan heridas en la piel, ya que podría ocasionar efectos adversos sobre ella.

¿Qué cosas no se deben hacer?

No utilice secador de pelo una vez aplicado algún producto de tratamiento farmacéutico o no. El aire podría provocar el movimiento aéreo de los piojos y su contagio. Por otro lado el calor pudiera ocasionar reacciones indeseables. Limítese a secar el cabello con una toalla o similar.

No utilice champús y acondicionadores para el cabello antes de la aplicación de un tratamiento tópico contra piojos formulado médicamente.

No lave el cabello después de utilizar algún tratamiento médico específico contra piojos. Deje que actúe durante uno o dos días antes de realizar el lavado.

No utilice insecticidas en aerosol ni similares, ya que este tipo de productos pueden resultar altamente nocivos.

No utilice un mismo medicamento más de tres veces seguidas con la misma persona. Si los resultados no son satisfactorios notifíquelo a su médico o farmacéutico y pida un cambio de medicación.

No utilice a la vez más de un producto formulado médicamente. Pudiera existir contraindicaciones y resultar peligroso su uso.

No utilice productos como gasolina y derivados del petróleo. Además de su alto grado de inflamabilidad resultan en si perjudiciales para la salud en general. Puede que mate bichitos pero también mate parte de su cuerpo.

Consideraciones finales.

Recuerde que los piojos son altamente contagiosos y que el contagio se produce por contacto, ya que estos insectos no tienen capacidad de vuelo.

Por ello es muy importante tener sumo cuidado con la ropa, vestimenta y otros enseres que se tocan.
Utilice los productos farmacéuticos conforme a las instrucciones de uso y prospecto.

Algunas personas siguen teniendo picores después de una semana de haber eliminado la infestación. Eso es debido a las posibles secuelas dejadas en la piel.

Fundamental el uso del peine de finas púas.

Aunque no resulta una solución estética y menos en los casos femeninos, cortar el pelo a un mínimo aceptable es una medida anti-piojos rápida y segura. Si hace uso de ella, procure deshacerse con sumo cuidado del pelo cortado.

Podemos estar tranquilos con nuestras mascotas, ni nos contagiarán ni las contagiaremos.

Para finalizar, cabe indicar que el piojo no es exclusivo del cuero cabelludo. Existen también el piojo púbico, conocido también como ladilla, y el piojo del cuerpo. El primero parásito de la zona de igual nombre y el segundo habitante de las costuras de la ropa, que también se alimenta de sangre humana.