La perniciosa adicción al móvil
Desde que el teléfono móvil -me refiero al de bolsillo- entró en la vida del individuo, allá a mediados de los años 90, ha sido un fiel acompañante que ha permitido la localización constante de la persona con la cual se pretendía entrar en contacto.
Sin duda un importantísimo, y tal vez no valorado en su justa medida, avance de la ciencia, en particular de la telecomunicación.
Eran curiosas aquellas primeras estampas en las que se veía a una persona en la calle hablar sola, consigo misma. Costaba entender, y resultaba gracioso, que un sujeto anduviese y a la vez hablara sin dirigirse a ningún acompañante.
Hoy día parece de lo más común y para las nuevas generaciones es una forma más de comunicar y entablar diálogos a distancia.
Estas personas tienen miedo a olvidar su teléfono, a que se averíe, a que se quede sin batería, a perderlo, etc. Es decir sufren una dependencia –adición comportamental- que revierte o puede revertir en ansiedad.
El dato es sumamente preocupante, ya que 3 de cada 4 personas padecen un tipo de anomalía que, en praxis médica, puede considerarse una enfermedad.
Me imagino, no obstante, que este alto porcentaje tendrá niveles. Dicho de otra forma, habrá grados de dependencia, desde procesos leves hasta otros más avanzados. Lo dejo sólo en una razonable sospecha, ya que sobre este particular no he encontrado información.
Lo que si he podido observar es que existe diversidad de estudios científicos que muestran los efectos nocivos que sobre la salud tiene este tipo de enfermedad moderna. Como no es pretensión mia profundizar en la tipología y secuelas provocadas por este tipo de adicción, animo al lector interesado a que busque en Internet, ya que le será fácil encontrar estos informes y ahondar en la materia. También, por mi parte dejo, al final de este artículo, referencias a las que yo he acudido.
El móvil como instrumento de comunicación, entretenimiento y…
Atrás quedaron aquellos teléfonos móviles que sólo nos permitían la comunicación verbal y el envío de mensajes de texto.
La existencia de la nueva generación de aparatos nos permite, desde prácticamente cualquier lugar, no sólo poder contactar con otras personas sino también acceder a todo tipo de información a través de Internet.
Ciertamente, desde este punto de vista el móvil se ha convertido en una herramienta tan necesaria e imprescindible como antaño lo era el reloj de pulsera.
Además, la viabilidad de incorporar nuevas aplicaciones (Apps) aumenta las posibilidades y recursos que el nuevo instrumento pone a nuestra disposición. Desde aplicaciones de mensajería hasta las de tipo GPS, pasando por un sinfín de juegos y entretenimiento, a los que cabe añadir la cada vez más excelente calidad de captura de imágenes, tanto fijas como en movimiento.
Es justo, pues, reconocer que tantas funciones en tan poco espacio hayan modificado el hábito de cientos de millones de personas en todo el mundo y que su tenencia parece una necesidad indudable.
La adicción al móvil no tiene edad ni sexo.
Aunque el mayor uso de los smartphones se centra en personas jóvenes, de edades comprendidas entre los 18 y 26 años, lógico en parte por ser este sector el más abierto a los cambios tecnológicos, la nomofobia no es exclusiva de este segmento.
Por un lado, la edad media de inicio en este tipo de tecnología es cada vez más temprana. Actualmente se sitúa alrededor de los 11 años y parece que tiende a menor edad, lo que puede provocar un verdadero problema en la formación y carácter del niño.
Por otro, también las personas de más edad, -sector senior de 50 a 60 años- se van sumando al uso de este tipo de tecnología.
Se puede aseverar que el sector adicto al móvil es cada día más amplio, resultando que el problema adictivo y sus consecuencias sobre la salud abarcan un abanico que incluye casi en su totalidad todo el espectro generacional.
Asimismo, la diferencia de sexo apenas influye en el uso y abuso del smartphone, aunque, en los supuestos de estrés y ansiedad, los efectos perjudiciales pudieran afectar más a la mujer, tal vez por cuestiones biológicas y hormonales.
¿Cómo controlar o paliar los efectos de la nomofobia?
Nuestro refranero, siempre rico y sabio, dice: “En el uso la virtud y en el abuso el pecado”. Bueno, pues eso mismo se puede aplicar a nuestro móvil inteligente. Sepamos usarlo en la justa medida y no abusemos, o mejor dicho no hagamos de él un frater humanoide ni tampoco nuestro tótem.
He aquí algunos consejos que pudieran ayudarte a controlar el problema:
- Desconecta tu móvil por la noche. Déjale que descanse como mínimo 8 horas. También se lo merece, ¿no?
- Trata de ocupar tu tiempo libre en actividades que te sean agradables. Haz deporte, practica algún hobby, pasea, lee -mejor libros soportados en papel-, etc. No hace falta que apagues tu móvil, simplemente déjalo que descanse.
- Utiliza un despertador convencional para despertar por la mañana.
- Trata de llevar un reloj de pulsera.
- Apaga tu móvil cuando conduzcas en trayectos cortos.
- Deja en casa tu móvil los días festivos. ¿Acaso no te mereces un descanso y disfrutar por completo del tiempo libre?
- Si estás muy enganchado y eres consciente de ello, quítate o bórrate de los grupos de WhatsApp. Hay cosas que sólo se pueden expresar de viva voz.
Pequeño test para comprobar tu grado de nomofobia.
A continuación te propongo un pequeño y sencillo test -doce preguntas con respuesta si/no- para que conozcas tu grado de dependencia y adicción a tu smartphone.
Anota el número de respuestas afirmativas que te proponen las preguntas. Conforme a ello, luego te indicaré tu grado de nomofobia. Comencemos.
- ¿Sueles despertarte antes de hora para mandar mensajes, jugar, revisar perfiles, acceder a las redes, etc.?
- Si al salir de casa te das cuenta que has olvidado tu móvil ¿vuelves inmediatamente a por él, con independencia que esto suponga retrasar tu llegada al trabajo, cita, etc.?
- ¿Estás pendiente del nivel de batería y tienes miedo a quedarte sin ella?
- ¿Te preocupa mucho encontrarte en lugares sin cobertura?
- ¿Lo llevas consigo al ir al baño y cuando te aseas, tanto en casa como fuera de ella?
- ¿Mantienes activado el doble check azul de WhatsApp?
- Cuando envías un WhatsApp ¿esperas la confirmación de lectura y caso de no recibirla vuelves a remitirlo de nuevo?
- ¿Respondes a las llamadas perdidas y te preocupa, a su vez, que no respondan las tuyas?
- ¿Estás pendiente de tu móvil, a la par que comes, ves la televisión o realizas otro tipo de actividad?
- ¿Compruebas siempre la existencia de nuevos mensajes antes de acostarte?
- ¿Actualizas constantemente tus aplicaciones y estás pendiente de bajarte nuevas?
- ¿Cambias con bastante frecuencia tu móvil –mínimo una vez al año-, porque crees que el modelo actual se ha quedado obsoleto?
Acerca de los resultados del test
¿Has completado el test y tienes claro el número de respuestas afirmativas? Pues toma nota del resultado.
De 0 a 4 respuestas afirmativas. No padeces nomofobia. Dominas por completo la situación.
De 5 a 7 respuestas afirmativas. Estás empezando a padecer adicción a tu smartphone. Te encuentras en un estadio leve y debes cuidar que no aumente tu dependencia. Trata de seguir alguno de los consejos que se han dado con anterioridad. Te será fácil descolgarte.
De 8 a 9 respuestas afirmativas. Estás en un punto álgido y tu grado de adicción empieza a ser preocupante. Es preciso que apagues durante unas horas al día tu móvil. Sigue los consejos enumerados y trata de realizar actividades alternativas, dejando de lado el utensilio inteligente.
Más de 9 respuestas afirmativas. Te encuentras en una situación muy preocupante, un grado severo de nomofobia, que puede alterar negativamente tu salud. Tal vez necesites la ayuda de un especialista médico.
Para finalizar
He dicho con anterioridad que no era intención mía en este artículo tratar acerca de los efectos que sobre la salud tiene el uso, mejor dicho abuso, de los terminales inteligentes y no lo voy a hacer. Pero me permitirá el lector que incida, a modo simplemente superficial sobre algunos de estos efectos nocivos.
Efecto ansiedad. Ya remarcado en lo que va escrito.
Efecto estrés. Explicado en parte por la amplia capacidad de actividades y suprema necesidad de revisión y respuesta a todo mensaje.
Efecto sobre la vista. Hay estudios que aseveran un mayor índice de miopía en niños y adolescentes.
Efecto sobre el sueño. También sobre ello existen investigaciones que muestran problemas en individuos que utilizan en exceso este tipo de comunicación, conocido como texting.
Y por último, efectos posturales. Provocados por malas posturas a la hora de utilizar este tipo de teléfonos inteligentes y que en el mundo anglosajón se conoce como iPosture.
J.J. Sants
Licenciado inactivo
Estudioso y aprendiz por devoción
Cronista y articulista por obligación
En exclusiva - Agosto 2015
© Todos los derechos reservados
Referencias:
http://www.reviewsofprogress.org/UploadedArticle/1.pdf
http://www.asmgroup.edu.in/
http://gjms.co.in/index.php/gjms/article/view/622
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/...
http://gjms.co.in/index.php/gjms/article/view/622/604
http://www.ceeta.org/
https://es.wikipedia.org/wiki/Nomofobia
http://www.theappdate.es/v-informe-estado-apps-espana/