LA LIMASINA O BABA DE CARACOL
Si hace tan solo diez años nos hubieran propuesto que nos aplicáramos la secreción de un caracol con el argumento de regenerar y rejuvenecer nuestra piel, lo más probable es que hubiéramos mandado a paseo al proponente. Hoy día tal propuesta nos parece cosa lógica y a buen seguro que la aceptaríamos.
Sin embargo las propiedades curativas del caracol y en especial su baba se remontan a tiempos bien remotos. Se han encontrado indicios de su uso en la antigua Grecia, y también la farmacopea medieval revela que se usaba en el tratamiento de úlceras gastrointestinales, dado su gran poder regenerador, y a modo de jarabe para apaciguar la tos.
Pero es a finales del pasado siglo cuando, como consecuencia del cultivo de caracoles para uso gastronómico, se descubren los beneficios dermatológicos que produce en los cuidadores y trabajadores de las granjas, sobre todo en la rápida curación de heridas y en la extraordinaria suavidad que ofrecía la piel de sus manos.
El caracol posee, entre sus muchas cualidades, el poder de regenerar sus tejidos y su concha.
Recientes estudios científicos realizados al respecto han ido confirmando las maravillosas cualidades de sus componentes, entre los que se encuentran:
Actualmente este molusco de la especie Helix Aspersa no sólo es reconocido por sus intereses gastronómicos, sino también por las cualidades regeneradoras de tejidos que posee su baba o limasina, creando una importante demanda de la industria cosmética y farmacéutica.
Los productos elaborados en base a la limasina o baba de caracol están especialmente indicados para el cuidado de la piel, tanto para la prevención como para el tratamiento de problemas dermatológicos, resultando especialmente indicados para
Recientes estudios científicos realizados al respecto han ido confirmando las maravillosas cualidades de sus componentes, entre los que se encuentran:
- Alantoína (glioxil diurea) Es un estimulante de la epitelización de la piel, que hace posible su regeneración. El propio caracol la utiliza para la regeneración de sus tejidos.
La utilización de la alantoína viene aprobada por la Food and Drug Administración para el tratamiento y mantenimiento de la piel. - Elastina, que aporta elasticidad a la piel y suaviza las líneas de expresión.
- Colágeno proteína fundamental del tejido conectivo que actúa como hidratante y suavizante
- Acido glicólico renovador celular que elimina las capas superficiales de la piel y mejora los folículos pilosos, favoreciendo el paso de las sustancias aplicadas en la superficie
- Diversas vitaminas y proteínas, que favorecen el riego vascular periférico, garantizando el suministros de oxígeno y nutrientes así como la hidratación de la piel.
- Antibióticos naturales que actúan contra las bacterias presentes en la piel, protegiéndola de la infección.
Actualmente este molusco de la especie Helix Aspersa no sólo es reconocido por sus intereses gastronómicos, sino también por las cualidades regeneradoras de tejidos que posee su baba o limasina, creando una importante demanda de la industria cosmética y farmacéutica.
Los productos elaborados en base a la limasina o baba de caracol están especialmente indicados para el cuidado de la piel, tanto para la prevención como para el tratamiento de problemas dermatológicos, resultando especialmente indicados para
- Rejuvenecer la piel
- Eliminar y atenuar arrugas y manchas de la piel
- Disimular cicatrices y estrías
- Regenerar tejidos dañados por heridas y quemaduras
- Tratar el acné, verrugas, etc.
- Combatir la “piel de naranja”
© Redacción
Diciembre 2006
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