Cómo mantener una piel joven a partir de los 40 años.
La piel madura
Con el paso del tiempo nuestra piel experimenta una serie de cambios. A partir de los 40 años la piel, sobre todo la del rostro y cuello, empieza a mostrar signos de envejecimiento.
La piel es uno de los órganos vitales de nuestro cuerpo. Por extensión, el más importante, ya que alcanza los 2 m² en personas adultas y su peso llega a los 5 kg.
El proceso de envejecimiento: la piel madura
El proceso de envejecimiento de la piel viene dado por dos factores principales, que son factores internos y factores externos.Prevención y tratamiento del envejecimiento de la piel
En primer lugar vamos a hablar de la regeneración celular. Se trata de la capacidad que tiene el cuerpo de sustituir las células viejas por células nuevas y que va siendo menor con el paso del tiempo. Luego, tenemos que aumentar la regeneración celular.
Esto se puede conseguir mediante tratamientos externos, como pueden ser las cremas faciales anti-age. Este tipo de cremas han de contener vitamina A o derivados del retinol, cuyo aporte externo ayudará a descamar la piel y estimular el crecimiento de los tejidos y la síntesis de colágeno, a la vez que se incrementa la elasticidad, atenuando las arrugas y mejorando el tono de la piel.
También es necesario el aporte de ácidos alfa-hidroxiacidos, entre los que cabe destacar el ácido glicólico. Este tipo de ácidos están presentes en diversas frutas y son potencialmente ricos en vitamina C. Actúan como exfoliante, ayudan a la regeneración celular y tienen efecto antioxidante e hidratante.
Como segundo punto, debemos frenar el proceso de oxidación celular. Este proceso es conocido como estrés oxidativo. En él los diferentes tipos de radicales libres afectan a las células desencadenando un proceso de envejecimiento prematuro.
Tanto la vitamina E como la C son muy apropiadas para reducir los efectos del envejecimiento, dada la capacidad que tienen de neutralizar los radicales libres nocivos. Además, la vitamina C mejora la firmeza de la piel al estimular la síntesis del colágeno y fibras elásticas, reduciendo la síntesis de melanina y aportando luminosidad a la piel.
En tercer lugar, nos ocuparemos de cómo disminuir la hiperpigmentación, o lo que es lo mismo, reducir las manchas en la piel ocasionadas por el paso de los años y también por la radiación solar. Sobre todo esta última contribuye de forma importante al envejecimiento cutáneo, ya que da lugar al engrosamiento de la capa externa de la piel, a la pérdida de su elasticidad y a la aparición de manchas por la pigmentación no uniforme.
El ácido Kójico, el extracto de Morera blanca y el extracto de Gayuba resultan adecuados como despigmentantes, aunque los efectos no son duraderos, ya que suelen reproducirse al recibir nuevamente los rayos solares. También los aceites de Rosa mosqueta, Argán y Aloe vera pueden beneficiar la desaparición de este tipo de manchas en la piel.
A continuación nos referiremos a la disminución de la actividad de estrógenos. Como consecuencia de este proceso suele producirse una mayor sequedad de la piel, menor renovación celular y una disminución del colágeno y de la elastina. Para compensar esa disminución podemos estimular la renovación celular y proteger el colágeno y la elastina a base de isoflavonas de soja.
Y por último, debemos hidratar correctamente nuestra piel. Esto supone no solo aportar hidratación, sino también hacer que la piel retenga el agua aportada.
Otras actuaciones a tener en cuenta en la piel madura
Y por lo que respecta al segundo, es primordial realizar una alimentación sana y variada, rica en fibra, proteínas y carbohidratos. Asimismo, debemos aportar el agua necesaria a nuestro organismo, no menos de 1,5 litros diarios, para combatir la sequedad que producen los años. También, en su caso, es necesario abandonar hábitos como el tabaco y el alcohol.
Algunas de las necesidades vitamínicas ya han sido indicadas con anterioridad. A ellas podemos añadir los ácidos grasos esenciales Omega-3 y Omega-6. Ambos tienen propiedades antioxidantes y contribuyen de forma notable a la regeneración celular, regulan la secreción sebácea y retrasan la aparición de arrugas.
Una rica alimentación junto a un estilo de vida saludable nos ayudará a mantener nuestro organismo sano y esto repercutirá a su vez en nuestra piel.
Redacción - Abril 2012
© Todos los derechos reservados
Prohibida su reproducción