EL ABC DEL ACNÉ



EL ACNE

Causas y soluciones

Causas del acné


El acné común (acne vulgaris) se produce como consecuencia de la inflamación de las glándulas pilo-sebáceas.

Esta inflamación, que provoca la obstrucción de los poros de la piel al taponar la salida de las secreciones sebáceas, produce una infección bacteriana y la aparición de lesiones epidérmicas que se transforman en los conocidos granos y espinillas.

La mayoría de hombres y mujeres sufren estos brotes de granos en algún momento de su vida. Normalmente se da en la pubertad, comenzando entre los 11 y 13 años y tiende a ser más virulento en personas con piel grasa. Suele durar de 5 a 10 años, por lo que en algunos casos no desaparece hasta entrada la veintena de años.

Generalmente las mujeres son más propensas que los hombres a padecer el acné de forma leve a moderada, incluso cumplidos los 30 años. El acné suele aparecer normalmente en la cara (frente y pómulos), pero también puede aparecer en la espalda, pecho, hombros, cuello, cuero cabelludo, parte superior de los brazos e incluso otras partes del cuerpo.

Su aparición no debe achacarse a la dieta, falta de higiene, ni a un impulso sexual incontrolado. La principal causa radica en los cambios hormonales que se producen en esa edad y también, en algunos supuestos, puede tener influencia el componente hereditario, sobre todo en caso de progenitores que hayan padecido acné severo. No obstante, es importante mantener una dieta equilibrada y una higiene adecuada, ya que, aunque no lo causan, pueden agravarlo. También el estrés actúa negativamente en el proceso.

El acné severo, a diferencia del acné común, requiere siempre tratamiento médico

La principal causa del acné común, conocido también como acné juvenil, se debe al aumento de la producción de hormonas. Durante la pubertad, los niños y niñas producen altos niveles de andrógenos. Este aumento anormal de los mencionados andrógenos es lo que favorece la aparición del acné, ya que estimula la secreción sebácea y queratinocitos (células epidérmicas) en el canal folicular, produciendo una obstrucción que genera un proceso inflamatorio del acino glandular.

Las bacterias crecen en estos folículos tapados y esto hace que en algunos casos aparezcan sobre la piel espinillas y granos, y en otros los comedones queden por debajo de la superficie de la piel, con apariencia de bultitos blancos que carecen de apertura. Hay que evitar ejercer presión sobre estos comedones, ya que puede provocar que se rompa la pared del folículo. Cuando esto sucede, las fugas de sebo forman una pústula en los tejidos cercanos, dando lugar al llamado acné inflamatorio. A su vez esto puede crear quistes y su ruptura dejar cicatrices temporales o permanentes.

El acné severo, a diferencia del acné común, se caracteriza por la multitud de granos que invaden la cara, cuello, pecho o espalda. También los granos son más grandes, sólidos, de color rojizo y suelen estar enquistados. Este tipo de acné requiere siempre tratamiento médico a cargo del especialista dermatológico.

Prevención del acné

Debido a que la aparición del acné se atribuye fundamentalmente a una fluctuación de los niveles hormonales, a la que también puede asociarse posibles influencias genéticas, muchos especialistas creen que no hay manera de evitarlo.

La práctica y conocimiento nos indica que ni la higiene ni la dieta pueden prevenir los brotes. No obstante, hemos de indicar que el cuidado de la piel resulta muy importante, especialmente en la adolescencia, para si no evitarlo, si por lo menos influir en su severidad. Por ello, una buena higiene en la que no falte la ducha diaria y el lavado de la cara y las manos con un adecuado jabón anti-bacteriano nos ayudará a mermar sus efectos perniciosos.

También conviene indicar que, a pesar de la publicidad, pocos o ningún producto comercial nos va a ayudar a prevenir el acné.

En cualquier caso, enumeramos algunos consejos prácticos y fáciles de llevar a cabo, con el fin de evitar que el acné empeore,

  • Lavar suave y cuidadosamente la piel todos los días.
  • Evitar el lavado brusco y demasiado frecuente.
  • Evitar la fuerte sudoración.
  • Lavarse inmediatamente después de las actividades que causan sudor.
  • Lavar el cabello con frecuencia, si tu cabello es graso.
  • Mantener el cabello fuera de su cara.
  • Evitar productos de cuidado capilar como geles, mascarillas, cremas, etc. que contengan gran cantidad de aceites y/o grasas.
  • Evitar tocarse con las manos la cara o zona afectada por el acné.
  • Usar preferentemente ropas suaves y de algodón.
  • Evitar roces con equipamientos, tales como correas, bolsos, bandoleras, etc.
  • Proteger ante contactos con aceites, grasas y productos químicos perjudiciales.
  • Evitar largos períodos de exposición al sol. Esto no beneficia al acné y puede aumentar los riegos de cáncer de piel.
  • Usar cremas protectoras solares cuando se toma el sol.

Tratamientos del acné

El tratamiento del acné está encaminado a corregir los factores que influyen y contribuyen a su desarrollo. Básicamente su cometido consiste en regular la secreción sebácea, evitar la obstrucción del folículo piloso y consecuentemente su inflamación, y por último atacar el entorno bacteriano.

Esta terapia va a depender fundamentalmente de la gravedad de las lesiones o grado de acné, que podemos clasificar en:

  • Acné leve. Cuando el paciente muestra menos de 10 comedores o granos (generalmente en la cara). Además no existe apenas inflamación.
  • Acné moderado. Cuando el paciente muestra de 10 a 30 comedores en la cara y espalda. Existe inflamación y pueden producirse cicatrices leves.
  • Acné grave. Cuando el paciente posee múltiples comedones, pápulas y pústulas diseminadas por la cara, espalda, pecho y hombros. Existen lesiones nodulares y cicatrices.
  • Acné severo (acné conglobata) Sus lesiones son mucho más severas que las del acné grave. Las inflamaciones son grandes, dolorosas, de color oscuro y su curación puede dar como resultado cicatrices severas de tipo queloide (fibrosas, gruesas y de color rosa). Se presenta, además de en la cara y tronco, también en cuello, abdomen y nalgas.

Tanto el acné leve como el acné moderado (popularmente conocidos como acne juvenil) pueden ser tratados de forma domiciliaria, mediante la aplicación de bactericidas o antibióticos de uso tópico, que luego enumeraremos, y no requieren, en principio, de una asistencia médica.

Sin embargo, los dos últimos tipos de acné exigen tratamientos que sólo puede dispensar el especialista médico o dermatólogo, ya que en la mayoría de casos se necesitará el uso de terapias y métodos especializados, e incluso, en el supuesto de lesiones muy severas, la utilización de procedimientos quirúrgicos.

Recuerda que los granos y comedones sólo pueden abrirlos personal médico mediante el instrumental antiséptico apropiado


Nosotros vamos a dejar de lado el tratamiento de estos últimos tipos de acné y nos vamos a centrar en los dos primeros.

Como primer punto del tratamiento, haremos hincapié en las medidas higiénicas.

Ya hemos comentado que es sumamente importante mantener la piel limpia. Para ello se aconseja lavar suavemente con agua y jabón las zonas afectadas un par de veces al día con el objeto de eliminar el exceso de grasa de la piel y luego secar cuidadosamente utilizando prendas de algodón.

Es muy importante no provocar mediante presión la rotura de los comedones. No obstante, cuando estos se llenan de pus y están predispuestos a romper, podemos aplicar una toalla caliente durante unos minutos con el fin de alentar el proceso natural de ruptura.

Recuerda que los granos y comedones sólo pueden abrirlos personal médico mediante el instrumental antiséptico apropiado. Una manipulación inadecuada puede causar otros problemas graves e incluso secuelas permanentes como las cicatrices.

Por lo que respecta al tratamiento tópico, vamos a describir los productos de uso externo más recomendables,

  • Peróxido de benzoilo. Es indicado para tratar el acné leve, puede encontrarse en cualquier farmacia y no necesita prescripción médica. Este producto actúa eficazmente en la destrucción de las bacterias asociadas con el acné. Se aplica una o dos veces al día y sus efectos, por lo general, suelen observarse al cabo de unas cuatro semanas. Debe ser utilizado continuamente para mantener a raya el acné hasta conseguir superarlo. Su uso no afecta a la producción de sebo, por lo que si se deja de usar es muy probable que el acne retorne. El peróxido de benzoilopuede causar sequedad de la piel, irritación local y enrojecimiento. Para evitar esto es factible su uso junto con algún producto hidratante no comedogénico.
  • Acido salicílico. Es uno de los remedios tradicionales para tratar el acné leve. Favorece la descamación, ayudando a corregir el desprendimiento de las células anormales, y contribuye a disminuir el número de comedones. Posee acción anti-inflamatoria, incluso superior a la hidrocortisona, y tiene efectos antisépticos, anti-fungicida y anti-bacteriano. No tiene influencia sobre la producción de sebo y, al igual que con el peroxido de benzoilo, debe haber continuidad en el tratamiento.
  • Acido azelaico. Tiene acción anti-inflamatoria y reduce el número de comedones abiertos y cerrados, así como lesiones papulopustulosas (granos con pus). Tiene también una significativa actividad anti-microbiana, además de normalizar la queratinización (formación de tejido córneo). Clínicamente se ha mostrado tan eficaz en el tratamiento del acné como el peróxido de benzoilo al 5%. A diferencia de este, no es fototóxico, se tolera mejor y produce una menor irritación, sequedad y descamación. No se han descrito reacciones alérgicas y la absorción percutánea es mínima. También se ha utilizado en el tratamiento de la rosácea papulopustulosa mostrando mejoría o remisión completa en el 90% de los casos. Conviene ser paciente en el tratamiento ya que el inicio de mejoría suele demorarse un par de semanas.
  • Alfa-hidroxiácidos (Acido glicólico, ácido láctico y ácido glucónico) Estos se han mostrado tan eficaces como el peróxido de benzoilo en la reducción del número de comedones y lesiones no inflamatorias del acné. Además, tienen mejor tolerancia, aunque el peróxido de benzoilo posee mayor eficacia frente a las lesiones inflamatorias que los Alfa-hidroxiácidos.
  • Niacinamida. Ultimamente han aparecido nuevos antibióticos de uso tópico con excelentes resultados sobre el acné. La niacinamida se ha demostrado, según recientes estudios, ser un nuevo y prometedor agente anti-acneico con parecida eficacia a los antibióticos tópicos, pero sin el riesgo de inducir resistencias bacterianas. Se sabe que la niacinamida posee propiedades anti-inflamatorias además de la capacidadde evitar la formación de pústulas. No existen pruebas de que sea irritante local, fototóxico, fotoalergénico, sensibilizante por contacto ni de que presente toxicidad sistémica, aunque los efectos secundarios producen eritema y sequedad local.


Por último, queremos mencionar también el uso terapéutico de la medicina alternativa. Hoy día no se discute que las plantas medicinales poseen efectos beneficiosos, aunque tienen el hándicap que actúan muy lentamente.

En el caso del acné es normal que no se observen resultados sustanciales hasta pasadas cuatro o cinco semanas, e incluso es probable que este empeore un poco durante ese tiempo. En todo caso, si pasado esas cinco semanas no se aprecia ningún avance se deberá dejar el tratamiento, ya que posiblemente nuestro organismo no reaccione adecuadamente al mismo.

La siguiente relación indica las plantas medicinales que han mostrado efectos beneficiosos sobre el acné juvenil. (Recomendamos seguir adecuadamente las instrucciones de aplicación de cada planta, ya que no existe un uso común a todas ellas.)

Aloe Vera (antiséptico, anti-inflamatorio, cicatrizante, depurativo)
Aceite de árbol de té (antiséptico, anti-bacteriano)
Alsine (anti-bacteriana)
Equinacea (anti-microbiana, anti-inflamatoria)
Corteza de roble blanco (astringente, anti-inflamatorio)
Zarzaparrilla (depurativa, anti-inflamatoria)


© Equipo de redacción
Junio 2009
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Referencias:
Academia Americana de Dermatología
El Manual Merck
Acné - J. M. Fernández Vozmediano y cols.
MedlinePlus - Enciclopedia Médica





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