Si nos atenemos al significado del vocablo ‘numerología’ advertimos que está compuesto de la palabra ‘número’ y el sufijo ‘logia’, lo que vendría a significar: ‘Estudio de los números’.
La numerología ha estado ligada al ser humano desde tiempo inmemorial. Culturas como la egipcia y en particular la griega, con Pitágoras a la cabeza, han dejado huella de que los números no solo tienen componente aritmético, sino que también poseen otro tipo de cualidades que van más allá del mero cálculo.
Los números forman parte de nuestro entorno. Con ellos determinamos el tiempo, la edad, ponemos fecha y hora a sucesos, como nuestro nacimiento, dan nombre a calles, identifican lugares y domicilios, muestran resultados, etc. Y, por supuesto, también están presentes en el juego, sobre todo de azar, como la lotería, ruleta, bingo, etc.
Pero la numerología, como especialidad y arte, no se limita a realizar operaciones matemáticas con los números. Se ocupa más bien de las vibraciones energéticas que tiene cada uno de los números, de su influencia y efectos en todo lo que nos rodea y en particular en las personas.
El experto en numerología ha de conocer a fondo las vibraciones que expele cada número. Ha de entender cómo influyen en cada caso, en cada momento, en cada cosa, en cada persona y determinar así la influencia que tiene para el hecho estudiado. Ha de saber encuadrar la imagen obtenida para que el resultado sea fiel y exacto.
Siempre se ha dicho que sólo se puede diagnosticar el futuro si se conoce bien el pasado.
Como la numerología reduce a un sólo dígito, con excepción de los llamados números maestros, el resultado de un estudio, puede parecer una técnica simple, fácil y al alcance de cualquiera.
Nada más lejos de la realidad. La aparente simpleza del método esconde un concienzudo estudio preliminar y un severo aprendizaje de toda la técnica. No se trata de aplicar al resultado 1 la especificación 1, al resultado 2 la especificación 2, etc. etc. Los resultados del estudio son compilación de varias variables y como tales deben ser tratados para encontrar su adecuada interpretación.
Un correcto estudio de numerología personal ha de contemplar no solo los números de nacimiento, destino, alma, personalidad, etc. También debe incluir los planos de expresión, lecciones cármicas, pináculos, desafíos, ciclos, etc.
Todo este compendio, donde se mezcla la fecha, hora y lugar de nacimiento, el nombre y alias de la persona, debe ser combinado y analizado en profundidad para obtener un buen diagnóstico y ofrecer una visión conjunta del sujeto.
Siempre se ha dicho que sólo se puede diagnosticar el futuro si se conoce bien el pasado. A lo largo de mi carrera profesional he podido verificar que tal aserto es del todo cierto.
Los números ofrecen esa posibilidad, sólo es cuestión de saber interpretar sus vibraciones cósmicas y encajarlas dentro del puzle. Así, al final, se obtendrá el perfil personal sobre el que se pueda diagnosticar el futuro.
© Profesor Carlo M.
En exclusiva - Abril 2014
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