LIMPIEZA Y EXFOLIACIÓN DE LA PIEL



Una forma eficaz de sacar el máximo partido a tus cremas faciales

Uno de los problemas más habituales al hacer uso de los cosméticos radica en que no se aplican convenientemente. No tanto por la forma de usarlos, sino porque la piel no está adecuadamente preparada para absorber los principios activos del cosmético.


Conozco a muchas mujeres, supongo que también debe pasar con los hombres, que se gastan verdaderas fortunas en cosmética y se quejan de que el producto no realiza el “milagro” que anunciaba al publicitarse.


La limpieza previa, junto a una frecuente exfoliación de nuestra piel, que elimine restos e impurezas, facilitará la absorción de los ingredientes benefactores propuestos para cada caso.


Es cierto que no se pueden pedir peras al olmo. Un buen cosmético no puede encontrarse a precio de saldo. Todo tiene su precio. Pero también es innegable que cosméticos de un alto precio y calidad no aportan los beneficios esperados, por culpa de no haber preparado la piel adecuadamente.


Por muy contrastado, eficaz, relevante e innovador que sea el cosmético que apliquemos a nuestra piel, por muy potentes que se hayan demostrado sus ingredientes, está claro que si estos no son absorbidos de manera adecuada por la dermis, poca eficacia podemos esperar del producto.


La limpieza previa, junto a una frecuente exfoliación de nuestra piel, que elimine restos e impurezas, facilitará la absorción de los ingredientes benefactores propuestos para cada caso.


Nuestra piel está expuesta a múltiples agentes externos que junto a factores internos obturan los poros. Si a ello sumamos los restos de otros productos aplicados, como puede ser maquillaje, cremas, jabones, etc., y la descamación lógica de células muertas, nos encontramos con un panorama nada propicio que impide la correcta respiración del cutis.


Es conveniente hidratar la piel una vez realizada la exfoliación, con el fin de ayudar a la regeneración de tejidos y evitar que se reseque la zona exfoliada.


Está demostrada la relevancia que los dermatólogos y también los cosmetólogos dan a la limpieza facial. Esta resulta fundamental para evitar el envejecimiento de nuestra piel. Es tal vez la forma más eficaz de luchar contra el fotoenvejecimiento. Además sólo una piel perfectamente limpia, libre de impurezas y células muertas está preparada para la aplicación de la correspondiente crema, aumentando sustancialmente la efectividad de la misma.


Debemos utilizar un producto de limpieza adecuado a las características de nuestra piel. No vale cualquiera. Por suerte existe una amplia variedad de leches limpiadoras o bien geles que se adaptan a todos los tipos de piel, así como al pH.


Mi recomendación es usar estos productos y un adecuado lavado, con agua templada, en que se use, a su vez un jabón líquido apropiado a nuestro pH. Un buen aclarado con agua fresca o termal.


Las toallitas desmaquillantes, en su caso, sólo como acción primaria para quitar la parte gruesa del maquillaje.


La exfoliación es tal vez la parte más compleja. Aunque existen productos para llevar a cabo esta tarea, la verdad es que al final se requiere la mano experta de un especialista, por lo menos trimestralmente.


La exfoliación a nivel casero la debemos hacer una vez, o máximo dos, por semana. Emplearemos productos exfoliantes de calidad contrastada, una vez realizada la limpieza, adaptándola conforme a la edad. No será igual en el caso de pieles jóvenes, como en el caso de pieles maduras.


Es conveniente hidratar la piel una vez realizada la exfoliación, con el fin de ayudar a la regeneración de tejidos y evitar que se reseque la zona exfoliada. Es importante restaurar el manto hidrolípidico que actúa como protector de la superficie cutánea.


Existen tres tipos básicos de exfoliantes:


  1. Exfoliantes mecánicos. Son productos que contienen en su formulación pequeñas partículas que ayudan a eliminar las células muertas.
  2. Exfoliantes químicos. Este tipo de producto contiene principios activos, como son los ácidos glicólico, láctico y salicílico que ayudan a disolver las células muertas. Se trata de un proceso químico.
  3. Exfoliantes enzimáticos. Estos son exfoliantes que incluyen enzimas entre sus componentes. Estas enzimas son capaces de separar, mediante disgregación, las células muertas de la piel. Tienen la ventaja de no precisar fricción al usarlos y minimizar los riesgos de inflamación.


Consejos prácticos para limpiar y exfoliar la piel

a).- No abuses tanto en profundidad de las limpiezas como en la frecuencia de la exfoliación. Podrías encontrarte con efectos contrarios a los que buscas.

b).- No escamotees en la calidad del producto. El precio suele ser un factor importante, aunque no decisivo. Busca referencias, pide consejo, lee las formulaciones del producto y piensa que las pieles difieren de una a otra persona.

c).- Limpia y elimina siempre el maquillaje antes de acostarte. Es una cosa sabida, pero que a veces se olvida.

d).- No utilices nunca agua caliente para la limpieza. Tampoco es recomendable el agua fría. Lo ideal es usar agua a unos 25º, esto es agua templada.

e).- No abuses de las toallitas desmaquilladoras. Estas están muy bien para salir del paso, pero no deben sustituir a la limpieza realizada con los medios y productos adecuados.

f).- Adecúa tu piel convenientemente antes de aplicar la crema facial. El éxito de la crema estará relacionado con la óptima condición para absorber los principios activos del preparado cosmético.

g).- Tonifica tu piel. La piel sufre durante el proceso exfoliativo y es conveniente revitalizarla. Existen lociones que ayudan a restaurar y tonificar la piel.


Montse García
Esteticien y Diplomada en enfermería
En exclusiva - Diciembre 2015
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