LAS MASCARILLAS FACIALES



Cómo elegir y usar una mascarilla facial

Las mascarillas faciales son tratamientos intensivos y de choque que se aplican sobre la piel. Se suelen utilizar para tratar el deterioro de la piel, como puede ser el envejecimiento, la flacidez, manchas, etc.


Su uso no queda limitado a la acción reparadora, también es necesario acudir a ellas de forma preventiva, para retrasar los efectos del paso del tiempo y mantener una piel joven.


Se trata de uno de los cosméticos más versátiles y eficaces con los que tratar nuestra piel de la cara.


El estar varios minutos en contacto con la piel, permite que sus ingredientes y principios activos penetren en ella y de esta forma conseguir mejores resultados.


Cuando la mascarilla cubre la piel se desencadena un proceso de vasodilatación, que hace que los componentes activos lleguen hasta las zonas más profundas de la epidermis.


Las mascarillas faciales son tratamientos intensivos y de choque que se aplican sobre la piel.


De esta manera, en pocos minutos, se logra aportar a la piel los beneficios que de otra manera se conseguiría en el transcurso de varias semanas de tratamiento.


También, las mascarillas faciales aportan hidratación y vitalidad, a la vez que relajan y limpian las impurezas de la piel.


Otras ventajas que aportan son:


  • Rapidez, ya que en un breve espacio de tiempo se consigue aportar a la piel múltiples beneficios similares a los tratamientos cosméticos.
  • Facilidad de uso, al ser muy sencillas de aplicar y fáciles de retirar.
  • Resultados rápidos y visibles. En poco tiempo se aprecian sus bondades sobre la piel.
  • Proporcionan descanso a la piel y actúan como relajante epidérmico.
  • Y su precio suele ser bastante asequible y al alcance de la mayoría. Mucho más baratas que los tratamientos faciales y con similares beneficios.

Pero no todo es tan simple. La dificultad nace a la hora de saber el tipo de mascarilla más adecuada para nuestra piel.


Es fundamental saber esto para obtener buenos resultados. Si no conocemos adecuadamente nuestro tipo de piel, es recomendable realizar un estudio previo, que sirva para determinar las características de la dermis y elegir adecuadamente la mascarilla ideal para nuestra piel.


Actualmente existe una amplia diversidad de tipos de mascarillas faciales, que cubre no sólo los distintos tipos de piel, sino también las necesidades específicas de la persona.


Dicho esto, voy a hablar de los tres tipos básicos de mascarillas faciales y que son los más utilizados.


  1. Mascarilla hidratante. Este tipo de mascarilla facial es tal vez la más usada y sin duda la mascarilla clásica. Su acción básica consiste en dotar a la piel de la hidratación necesaria, a la vez que ayuda a retener agua.
  2. Mascarilla revitalizante. Este tipo de mascarilla facial aporta a la piel una acción de rejuvenecimiento. Su efecto lifting o estiramiento trata de recuperar la firmeza y el tono cutáneo de la dermis facial.
  3. Mascarilla limpiadora. Este tipo de mascarilla basa su efecto en la acción limpiadora y purificadora sobre la piel. Elimina las impurezas que obstruyen los poros, dotando a la piel de la oxigenación necesaria para que esta mantenga su brillo y tersura.

El modo de usar las mascarillas faciales es bastante simple, pero es conveniente seguir una serie de pautas para mejorar sus beneficios sobre la piel.


  • Lea detenidamente las instrucciones de uso. Cada mascarilla tiene sus características y es conveniente seguir los consejos dados por el elaborador. En el prospecto se hará mención al modo, forma, tiempo y cantidad que debe usarse.
  • Es muy importante aplicarlas sobre una piel limpia. Esto supone haber lavado correctamente la zona y en su caso, previo desmaquillado. De esta forma facilitamos la absorción por los poros de los ingredientes y componentes activos de la mascarilla.
  • Es preferible aplicar la mascarilla sobre la piel ligeramente húmeda, para potenciar los efectos de aquella. Para la humectación son aconsejables productos de agua termal.
  • Aplique la cantidad justa, y en todo caso no superior a 2 mm. de espesor, con las manos y de forma uniforme. Por lo general mediante un ligero masaje circular y de forma ascendente, de cuello a frente.
  • No aplique la mascarilla en la zona orbicular, esto es, alrededor de los ojos y párpados, ni tampoco en la comisura de los labios. La piel de estas zonas es altamente sensible y podría reaccionar de forma negativa a los ingredientes de la mascarilla. Deje estas zonas libres.
  • Como norma general, deje actuar la mascarilla durante aproximadamente 15 minutos.
  • Por último, ante cualquier reacción alérgica de la piel prescinda de la mascarilla. Esta no es adecuada para su piel. Vigile también los efectos sobre su piel y si ve que, transcurrido un tiempo prudencial, no obtiene los resultados esperados, cambie de marca.

Montse García
Esteticien y Diplomada en enfermería
En exclusiva - Mayo 2013
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