Casas y lugares encantados: realidad o ficción

Desde tiempos remotos el hombre ha venido manifestando su creencia en la existencia de lugares y casas encantadas. Así lo afirman referencias mitológicas que sobre este tema se han encontrado en civilizaciones tan antiguas como la babilónica.

El historiador romano Plinio el Joven relata en uno de sus escritos lo acontecido en la casa del filósofo Atenodoro de Tarso a principios del siglo I de nuestra era. El cronista describe la sucesión de hechos paranormales, tales como el movimiento de objetos, la visión de fantasmas e incluso la aparición de señales que, tras una excavación, mostraron restos óseos de humanos. Tal vez sea este uno de los primeros documentos en los que se habla sobre lugares encantados.

Otros hechos similares son revelados en sucesivos escritos que abarcan casos acontecidos en siglos posteriores. En estos documentos se habla de sucesos inexplicables; aparecen voces y ruidos extraños, junto a materiales inertes que entran en movimiento sin explicación alguna.

A principios del siglo XVIII se produjo en Lincoln (Inglaterra) un caso muy popular en la época y que fue investigado por el destacado científico y teólogo Joseph Priestley. Los hechos se produjeron en la Rectoría de Epworth. Allí los muebles tomaban vida propia, moviéndose por sí mismos, se oían gritos de ultratumba y los cristales caían, despegándose de las ventanas. Para algunos especialistas en la materia este es el primer caso de poltergeist registrado oficialmente y ampliamente documentado.

Llegado el siglo XX, a comienzos de la primera década, se produce en Turín (Italia) una serie de acontecimientos relacionados con el desplazamiento incontrolado de objetos que fue investigado por el médico y criminólogo Cesare Lombroso, quien pasa de un escepticismo inicial, a creer en el Espiritismo y admitir la existencia de misteriosos actores del más allá a modo de personajes fantasma.

A lo largo de la primera mitad del pasado siglo se indagan más de 380 casos relacionados con lugares encantados

A finales de la siguiente década (1929) el diario británico Daily Mirror se hace eco de los extraños sucesos que se producen en la Rectoría Borley, una mansión situada en el pueblo del mismo nombre y perteneciente al condado de Essex (Inglaterra).

Una serie de presuntos fenómenos paranormales vienen ocurriendo desde su construcción, allá en el año 1863. Sus habitantes relatan cómo vuelan los objetos, los ruidos de todo tipo que se escuchan, el deambular de personajes invisibles, los espectros de extraños personajes, como una monja y un clérigo, e incluso la incursión de carruajes fantasma.

Estos sucesos son investigados en profundidad por un grupo de más de 45 especialistas en la materia, dirigidos por el prestigioso investigador Harry Price, quien posteriormente escribiría sus conclusiones en el libro "The Most Haunted House in England: Ten Years Investigation of Borley Rectory" (La casa más encantada de Inglaterra: Diez años de investigación en la Rectoría Borley). Este será uno de los trabajos más profesionales realizados hasta la fecha.

Finalmente la Rectoría es pasto de las llamas el año 1939, llevándose consigo parte del misterio.

A lo largo de la primera mitad del pasado siglo se indagan más de 380 casos relacionados con lugares encantados. Los especialistas en metapsíquica que llevaron a cabo estas investigaciones llegaron a concluir que 330 de los casos, más del 85%, carecían de explicación lógica y natural.

A partir del primer congreso de parapsicología, celebrado en 1953 en la localidad de Utrecht (Países Bajos), la forma y sistema de investigación de estos hechos cambia sustancialmente. El Dr. Josep B. Rhine, padre de la nueva ciencia, funda el primer laboratorio de parapsicología en la Universidad de Duke (Carolina del Norte, USA). A partir de entonces el estudio de los fenómenos paranormales se lleva a cabo de forma metodológica y científica.

En el año 1958 se produjo un suceso paranormal en casa de la familia Herrmann en Seaford (New York) vivido por varios testigos, entre ellos un reportero del Newsday. Estos relatan extraños hechos acaecidos en la casa, tales como que las botellas se destapaban solas y sus tapones salían volando, a la vez que otros enseres de la vivienda adquirían vida propia moviéndose por las habitaciones, sin que nada visible actuara como motivador de los hechos.

Los casos de poltergeist siguen sucediéndose en la actualidad

El Dr. J Gaither Pratt de la Universidad de Duke y miembro del equipo del Dr. Rhine, grandemente interesado por lo sucedido se encargó de la investigación junto al Dr. William G. Roll, aplicando toda la moderna metodología científica. Sus resultados se trasladaron al libro “The Poltergeist”.

También, en el año 1967, ambos investigaron el caso de los almacenes Topication Arts Miami donde objetos allí expuestos salían volando sin explicación aparente alguna. Tras finalizar la investigación llegaron a la conclusión de que el fenómeno paranormal era producido por telequinesis. El agente causante era un joven llamado Julio Vasquez, que posteriormente se sometió a estudio.

En esos años se produjeron casos similares en Europa. En Sauchie (Escocia) los investigadores Owen y Nisbet de la Universidad de Cambridge se interesaron por un caso en que, además del inexplicable movimiento de objetos, se producía la levitación de la cama de una adolescente. La conclusión del estudio es que se trata de fenómeno poltergeist relacionado con la presencia de una chica joven que atraviesa su periodo adolescente de forma problemática.

A su vez, en esos años, en Baviera (Alemania), tiene lugar un espectacular suceso acaecido en un bufete de abogados y que fue investigado meticulosamente por el Dr. Hans Bender de la Universidad de Munich. El caso es conocido como “El Poltergeist de Rosenheim”.

El fenómeno produce alteraciones en el circuito eléctrico, aparatos conectados al circuito y otros elementos de la estancia. Bombillas que se encienden y apagan solas, se desenroscan, explotan, teléfonos que suenan sin parar sin que nadie llame, máquinas de escribir que lo hacen por si solas, cajones que se abren y cierran. Todo un conjunto de alteraciones sin explicación aparente.

Tras finalizar la investigación, los especialistas llegaron a la conclusión de que estos fenómenos eran producidos por una joven secretaria, llamada Annemarie Schaberl, que se encontraba en un profundo estado psicopatológico. Los sucesos remitieron una vez que la joven dejó de acudir al lugar.

Los casos de poltergeist, que es como define la Parapsicología los casos de casas y lugares donde se producen sucesos de orden paranormal, siguen sucediéndose en la actualidad.

Antiguamente, se tenía la certeza de que estos fenómenos paranormales eran producidos por duendes y espíritus del más allá. Actualmente, la parapsicología determina que el agente inductor de los hechos suele ser una persona joven, en plena adolescencia y por lo general mujer. Estas adolescentes se encuentran en procesos de perturbación que alteran su equilibrio y desarrollo psíquico.

Por supuesto, todo está abierto y se sigue investigando al respecto. Los fenómenos de poltergeist existen y son reales. Aun así todos poseemos el derecho a tener nuestras propias ideas y consecuentemente creer o no creer en la “realidad” de este tipo de sucesos sin explicación lógica.