EL AJO Y SUS PROPIEDADES TERAPÉUTICAS

ajos


EL AJO: Salud natural a tu alcance


GENERALIDADES

El ajo (Allium sativum) es una planta perenne perteneciente a la familia de las liliáceas, de bulbo y raíces fasciculadas (sin una raíz principal), con hojas ensiformes (de bordes paralelos, estrechas y terminando en punta). De su centro sale un tallo desnudo en cuyo extremo hay una inflorescencia de flores blancas y pequeñas, que exhalan un fuerte y característico olor.


El bulbo (cabeza de ajos), que posee una envoltura blanca, se compone en su interior de varios bulbillos o gajos, conocidos vulgarmente como dientes de ajo y que a su vez también se encuentran protegidos por una envoltura similar a la del bulbo.


Se cultiva desde tiempo inmemorial y su origen se sitúa en el centro de Asia, de donde pasó al oriente próximo y de ahí al resto de Europa, habiendo sido utilizado por la mayoría de las culturas, tanto para fines culinarios como medicinales.


Su plantación resulta fácil, mediante los dientes que posee el bulbo. Se adapta a diferentes climas, por lo que permite su cultivo tanto en zonas frías como más cálidas. La plantación suele hacerse en los meses de octubre y marzo, dependiendo de si el clima es cálido o frío.


Los ajos se suelen presentar en forma de trenzas, que se conocen comúnmente como ristras y con los bulbos muy ordenados. Su almacenamiento en sitio fresco y bien ventilado ayuda a prolongar su conservación.


HISTORIA

El ajo se viene cultivando desde hace miles de años y ha jugado un papel muy importante en la curación natural y la medicina herbaria, a la par del uso culinario que también se le ha dado.

Se tiene constancia de su presencia en casi todas las culturas. De tal forma que ya en el antiguo Egipto, se incluía en la dieta diaria de los esclavos dedicados a la construcción de pirámides unos dientes de ajo para mejorar su resistencia y fuerza.


Durante la primera guerra mundial los ingleses utilizaran el ajo para tratar las heridas.


Por su parte los griegos, que impedían la entrada en los templos de la diosa Cibeles a los que comían ajos, colocaban montones de este bulbo en los cruces de caminos, como ofrenda de cena a la diosa Hécate.


También Virgilio escribe sobre el ajo, recomendándolo a los segadores para reparar fuerzas. Incluso los emperadores romanos consideraban a esta planta un perfecto antídoto contra los venenos, muy populares en los ambientes políticos de la época.


Igualmente se tiene constancia que en la época medieval mucha gente consumía diariamente el ajo, para intentar protegerse de la peste negra que asoló Europa.


Otras referencias acerca del Āyurveda, antiguo sistema curativo indio, describe el ajo como una planta medicinal que mejora la circulación sanguínea y cura los problemas digestivos.


Asimismo el ajo, dado su característico olor, ha sido considerado por otras civilizaciones antiguas un repelente de espíritus malignos, atribuyéndole poderes beneficiosos para la persona. Incluso la mitología más reciente indica su utilización para repeler toda variedad de vampiros.


Ya, en época más reciente, durante la primera guerra mundial, la escasez de azufre hizo que se agotaran los medicamentos elaborados con este compuesto, lo que provocó que los ingleses utilizaran el ajo para tratar las heridas.


Actualmente los compuestos naturales a base de ajo han desplazado el uso de este, en su estado natural, como tratamiento terapéutico, ya que no poseen ese característico olor que no todas las personas soportan.


EL AJO Y LA SALUD

Desde tiempos remotos el ajo se ha venido utilizando como un poderoso anti-bacteriano, anti-fúngico y anti-viral, eficaz para curar heridas, úlceras, tumores, mordeduras, resfriados, tos, sarampión, varicela, tuberculosis, fiebre tifoidea, hongos, etc.


Desde tiempos remotos el ajo se ha venido utilizando como un poderoso anti-bacteriano, anti-fúngico y anti-viral.



Hoy día sabemos además, que el ajo es un vegetal excelente para el mantenimiento de la salud en general. Optimiza la circulación sanguínea, reduce la coagulación de la sangre y actúa beneficiosamente sobre el corazón. Su alto poder antioxidante ayuda a eliminar los radicales libres, evitando la formación de colesterol LDL (colesterol malo). También promueve el aumento de la producción de bilis para ayudar a reducir los niveles de grasa en el hígado.


El ajo produce un compuesto llamado alicina, que se libera cuando se mastican, machacan o cortan sus dientes, debido a la combinación de dos sustancias, la aliina y la aliinasa. La alicina aporta al ajo su característico olor y es la que le confiere sus propiedades medicinales. Este compuesto es altamente volátil, por lo que se debe ingerir rápidamente para evitar que se pierdan sus propiedades terapéuticas.


Con el fin de evitar el problema del olor y sabor, se fabrican suplementos hechos a base de extracto de ajo, que se puede encontrar en parafarmacias y herbolarios en forma de píldoras, capsulas, tabletas y otras presentaciones. No obstante la mejor manera de obtener todas sus propiedades es comerlo en su forma natural. Para ello se recomienda cortar un diente de ajo en trozos muy pequeños e ingerirlos mezclados en medio vaso de agua.



PROPIEDADES TERAPEUTICAS DEL AJO

El ajo está considerado como uno de los medicamentos más poderosos de la naturaleza. Los últimos estudios realizados acerca de este vegetal concluyen que su consumo resulta sumamente beneficioso para la salud. Entre sus principales aplicaciones terapéuticas caben destacar las siguientes:


Sistema cardiovascular

El ajo ayuda a nuestro sistema cardiovascular y contribuye a bajar el colesterol y los niveles de triglicéridos en la sangre. También puede inhibir la adherencia de las plaquetas y el aumento de la fibrinólisis, lo que reduce el riesgo de aparición de coágulos en la sangre. Por su parte, un estudio reciente muestra que el ajo contribuye a reducir la acumulación de ateroma (placa) en el sistema arterial.


Presión arterial

Se ha comprobado que el ajo resulta muy eficaz para reducir la presión arterial, ya que reduce el espasmo de pequeñas arterias.


Colesterol

El ajo estimula el hígado, aumentando la degradación de lípidos. Se han realizado estudios que demuestran que el consumo diario de ajo crudo disminuye los niveles de colesterol total y LDL (grasas malas). El ajo también estimula la producción de ácido nítrico, que hace que los vasos sanguíneos mantengan su elasticidad.


Sistema inmunológico

La presencia de antioxidantes en el ajo tiene un efecto muy positivo sobre el sistema inmunitario en general y por lo tanto puede proteger el cuerpo contra todo tipo de ataques bacterianos y virales. El ajo también actúa eficazmente contra el resfriado común por su acción descongestiva y expectorante.


Anti-microbiano

El ajo actúa contra los parásitos intestinales, ya que contiene propiedades antibacterianas, propiedades antifúngicas y antivirales. Es un potente antibiótico natural que funciona de manera diferente a los antibióticos modernos y mata algunas cepas de bacterias como el estafilococo, que se han vuelto inmunes o resistentes a los antibióticos modernos. También posee propiedades anti-virales y anti-hongos, reduciendo drásticamente las infecciones por levaduras.


Anti-cancerigeno

El ajo ayuda a prevenir el cáncer, especialmente del sistema digestivo, previene el crecimiento de ciertos tumores más grandes y reduce el tamaño de ciertos tumores. La American Journal of Nutrition publicó en octubre de 2000 varios estudios epidemiológicos que demostraban los beneficios de comer ajo para el cáncer de estómago. Las personas que comían regularmente ajo crudo, comparativamente con aquellas que no lo consumían, tenían la mitad de riesgo de padecer este tipo de cáncer y un tercio menos de padecer cáncer colorrectal.


Diabetes

El ajo tiene un papel muy importante en el tratamiento de personas que sufren de diabetes insulino-dependiente, ya que regula los niveles de azúcar en la sangre mediante el aumento de la secreción de insulina. Esto se debe a la alicina. Esta sustancia química tiene la capacidad de combinar con la vitamina B1 y estimular el páncreas, lo que provoca la liberación de insulina.


Antiespasmódico

Se ha demostrado que el ajo tiene propiedades antiespasmódicas. Esto lo hace útil en el tratamiento de afecciones digestivas y trastornos intestinales.


Potencia el cerebro

Estudios realizados en animales han demostrado que el consumo de ajo potencia la función cerebral. Esta propiedad puede ser debida a la presencia de antioxidantes que ayudan a deshacerse los radicales libres acumulados en el cuerpo. Por ello, algunos especialistas hablan de la utilidad del ajo en los pacientes de Alzheimer, y cuya enfermedad es causada en parte por la acumulación de radicales libres.


Otros beneficios

Ayuda a la reducción de infecciones en heridas abiertas y promueve su curación. Asma bronquial, tos ferina, tos espasmódica, hemorroides, infección del oído medio, amigdalitis, infecciones bucales, dolores menstruales, reumatismo, calambres, diarrea, escarlatina, enfermedades de la piel y alergias, son otra de las propiedades terapéuticas de esta planta bulbosa.



COMPOSICION QUIMICA DEL AJO

Uno de los beneficios para la salud del ajo es su alto contenido de nutrientes. El ajo contiene enzimas, vitamina B, flavonoides y determinados minerales y es una buena fuente de antioxidantes, proteínas, minerales como el calcio, hierro, manganeso, fósforo, potasio y selenio, así como vitaminas como la A, B1, B2, B6 y C.


Principales compuestos químicos del ajo (100 gr.)


Calcio17,8 mg.
Fósforo134 mg.
Hierro1,2 mg.
Magnesio24,1 mg.
Potasio446 mg.
Selenio2 µg.
Sodio19 mg.
Yodo4,7 µg.
Zinc1,1 mg.
Vit. B1 (Tiamina)0,16 mg.
Vit. B2 (Riboflavina)0,02 mg.
Vit. B6 (Piridoxina)0,32 mg.
Vit. C (Acido ascórbico)14 mg.
Vit. E (Tocoferoles)0,011 µg.
Acido Fólico4,8 µg.
Eq. Niacina1,02 mg.
Agua70 g.
Hidratos carbono24,3 g.
Proteína4,3 g.
Fibra1,2 g.

© Redacción - Marzo 2010
Todos los derechos reservados
Safe Creative #1003045692598

Entradas que pueden interesarte

Recomendaciones