LA APNEA DEL SUEÑO

apnea del sueño


El grave problema de dormir sin descansar

Generalidades

Se conoce como apnea de sueño la interrupción momentánea del paso del aire por las vías respiratorias, generalmente mientras se duerme, por lo que se encuadra dentro de los trastornos del sueño. La palabra apnea deriva del término griego Ápnoia, que significa “sin respiración”.



Esta enfermedad, habitualmente crónica, fue descrita a mediados de la década de los sesenta del pasado siglo por investigadores franceses y alemanes, aunque con anterioridad ya se conocía el síndrome de Pickwick o síndrome de hipoventilacion por obesidad, un trastorno que provoca la falta de rapidez y profundidad de la respiración.


La apnea del sueño produce pausas respiratorias que suelen durar de 10 a 30 segundos y que se repiten de 5 a 30 veces por hora. Es más común de lo que se cree entre las personas adultas y tiene consecuencias inmediatas y a largo plazo, que repercuten en la salud y calidad de vida del paciente.


Se calcula que esta enfermedad la padece un 5% de los hombres, mientras que sólo la sufre un 3% de las mujeres. Se estima que en España afecta a más de 1,5 millones de personas, aunque sólo están diagnosticados una parte de los casos.


Tipos de apnea del sueño

Hay tres tipos de apnea del sueño,

  1. La apnea obstructiva conocida como SAOS (Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño) o también como SAHS (Síndrome de Apnea Hipopnea del Sueño), que es el nombre que los técnicos dan a este tipo de apnea. Este tipo es el más común y se origina cuando el aire no puede circular debido a una obstaculización del conducto respiratorio. Se produce por una relajación de los músculos durante el sueño y un estrechamiento de las vías respiratorias, provocando un corte momentáneo de la respiración y ocasionando a su vez fuertes ronquidos.
  2. La apnea central. Este tipo es mucho menos común y se produce porque el cerebro no envía las señales apropiadas al aparato respiratorio, provocando que la persona deje de respirar. Esta disfunción respiratoria puede resultar mortal, sobre todo en niños.
  3. La apnea mixta. Es un tipo de síndrome descubierto recientemente y que resulta ser una combinación de ambos tipos de apnea, la obstructiva y la central. Es más frecuente que la central y menos que la obstructiva.

Causas de la apnea obstructiva

En situación normal, el aire que respiramos pasa a través de las fosas nasales, por detrás del paladar blando, la base de la lengua, atraviesa los músculos de la garganta, laringe y tráquea hasta llegar a los pulmones. Pues bien, cualquier obstrucción al flujo de aire en este recorrido puede conducir a la apnea obstructiva del sueño.


En ocasiones estas obstrucciones son ocasionadas por problemas físicos, como la desviación del tabique nasal, que puede provocar la reducción de las vías respiratorias. También los cornetes nasales, que actúan a modo de filtro, pueden obstruir el paso del aire cuando se hinchan.


Otras veces, el problema viene dado por la relajación de los músculos de la garganta durante el sueño. Si el paladar y la úvula o campanilla son largos y flexibles pueden caer hacia atrás bloqueando la garganta y dificultando la entrada del aire. A su vez la lengua también puede hundirse hacia atrás, produciendo los mismos efectos de obstrucción.


En general, es el estrechamiento de las vías respiratorias la causa que produce la obstrucción durante el sueño.


Las personas obesas son más propensas a padecer la apnea de sueño, ya que la cantidad excesiva de tejido adiposo reduce el tamaño de la vía respiratoria.


Asimismo, la estructura de la cabeza y cuello, ciertas formas de paladar e incluso la longitud de la lengua pueden estar asociadas al padecimiento de esta enfermedad.


También el consumo de alcohol y de medicamentos tranquilizantes, hipnóticos y antihistamínicos puede empeorar la gravedad de la obstrucción e incrementar la frecuencia y duración de las pausas respiratorias en personas que padecen esta enfermedad.


Los síntomas de la apnea del sueño

Uno de los síntomas más frecuentes de la apnea obstructiva del sueño es el ronquido fuerte, que se interrumpe por pausas de la respiración. A veces va acompañado de movimientos incontrolados del cuerpo en busca de mantener la respiración.



El paciente no suele percatarse de estos síntomas, ya que se encuentra dormido. Es por ello que la persona que primero detecta esta anomalía suele ser su pareja, quien soporta los ronquidos y la dificultad para respirar del enfermo.


Estas paradas respiratorias obligan al paciente a despertar de forma consciente o inconsciente múltiples veces mientras duerme, de tal forma que el descanso se ve alterado, disminuyendo la cantidad y calidad del sueño. Esto provoca que el descanso nocturno no sea reparador y suponga levantarse con la sensación de sentirse más cansado que al acostarse, al no haber reposado convenientemente.


Todo ello incide de forma negativa en la actividad diaria, ya que la falta de descanso interfiere en la actividad laboral y la relación social y familiar. Además la falta de oxigenación que se produce por la inadecuada respiración puede generar trastornos cardiorrespiratorios, hipertensión arterial, pérdida de memoria y concentración, depresión, irritabilidad e incluso impotencia e inapetencia sexual.


Estos son los principales síntomas relacionados con la apnea obstructiva del sueño,


  • Fuertes ronquidos
  • Pausas respiratorias
  • Somnolencia anormal durante el día
  • Despertarse con cansancio
  • Dolor de cabeza al levantarse
  • Sequedad de boca
  • Falta de concentración y de memoria
  • Inapetencia y desinterés sexual
  • Tendencia a levantarse varias veces a orinar
  • Bajo rendimiento en el trabajo
  • Irritabilidad y cambios de personalidad
  • Si nota varios de estos síntomas, es conveniente que consulte con su médico, para que evalúe la situación y determine, en su caso, el diagnóstico más adecuado para su tratamiento.

Diagnóstico de la apnea del sueño

El diagnóstico de la apnea del sueño no resulta sencillo. La alteración del sueño y los síntomas pueden deberse a muchas razones diferentes. Básicamente, el médico de medicina general recurrirá en primer lugar a recabar información y a un examen físico de la boca, cuello y garganta del paciente, para posteriormente, si procede, derivar el caso a los especialistas en trastornos del sueño. Estos llevarán a cabo las pruebas y estudios para determinar si la persona padece de apnea del sueño.


Las pruebas establecidas para diagnosticar la apnea del sueño son:


  • La polisomnografía. Actualmente, esta es una prueba que se lleva a cabo en un centro hospitalario y consiste en conocer todos los detalles de lo que ocurre mientras el paciente está durmiendo. Mediante la colocación de diversos electrodos y sensores se registra la actividad eléctrica del cerebro, la actividad muscular, la frecuencia cardiaca, el movimiento ocular, la concentración de oxigeno en la sangre, los movimientos respiratorios y el acceso del aire. Con la lectura y análisis de todos estos datos se determinará si padece apnea del sueño y su gravedad.
  • La poligrafía respiratoria. Es una prueba simplificada, similar a la polisomnografía, con menos electrodos y sensores, que se puede realizar en casa del paciente. Evidentemente, la información obtenida es de menor calado, pero sirve en la mayoría de casos para conocer ciertos detalles y obtener el diagnóstico sobre la apnea. Es un sistema utilizado cada vez más por las autoridades sanitarias dado su menor coste.
  • Test múltiple de latencia al sueño. Consiste en conocer el tiempo que demora una persona en quedarse dormida. Conocido este valor se puede determinar el grado de somnolencia diurna y descartar la posibilidad de otros tipos de trastornos del sueño.

Tratamiento de la apnea del sueño

La apnea del sueño debe ser tratada conforme a las peculiaridades de cada paciente. Para ello debe tenerse en cuenta los resultados del examen físico y de la polisomnografía.

El primer paso y el más recomendable es el tratamiento basado en cambios de comportamiento y estilo de vida. Se trata de corregir diferentes factores que pueden incidir en la obstrucción de las vías respiratorias. Estos cambios en el comportamiento son muy importantes y pueden resultar suficientes en el tratamiento de los casos leves.

  • Si tiene sobrepeso, redúzcalo. Esto hará que pierda parte del tejido adiposo que se deposita alrededor del cuello, facilitando el paso del aire. Si es preciso, consulte con su especialista médico para que le recomiende el tipo de dieta más adecuado.
  • Duerma de lado. De esta forma conseguirá roncar menos y reducirá el número de apneas.
  • Mantenga un horario regular para acostarse y levantarse.
  • Evite el consumo de alcohol y bebidas estimulantes antes de acostarse. Afectan a los músculos de la faringe y aumentan la posibilidad de que se obture la entrada de aire.
  • Deje el tabaco. Además de perjudicar sus pulmones, irrita la garganta.
  • No utilice medicamentos para dormir, ya que estos actúan como relajantes musculares, provocando el estrechamiento de las vías respiratorias.
  • Cene de forma ligera y deje transcurrir un par de horas antes de acostarse.


Estos consejos pueden en muchos casos, si no curar, por lo menos aliviar considerablemente el problema de apnea. Tenga en cuenta que hasta la fecha no existe ningún medicamento que sane esta enfermedad.


Además de las medidas citadas, el tratamiento más habitual y que hasta hoy día ha demostrado mayor eficacia es la CPAP (sistema de presión respiratoria positiva continua).
Es un aparato mecánico que a modo de compresor envía aire a presión. Posee una mascarilla, que abarca nariz y boca, por donde se inyecta el aire al paciente, de tal forma que fuerza la apertura de la vía aérea ayudándole a respirar mientras duerme. El paciente debe usar este tratamiento cada vez que se va a dormir. Prescrito por la mayoría de médicos a nivel mundial, permite resultados inmediatos y está aliviando a miles de personas que padecen el síndrome de apnea obstructiva del sueño.


También existen aparatos dentales que permiten mantener la mandíbula y la lengua hacia delante, lo que impide el cierre de la vía aérea. Este pequeño aumento en el tamaño de las vías respiratorias es a menudo suficiente para el control de apneas leves y moderadas, con un 75% de eficacia.


Sin embargo, existen algunos inconvenientes, ya que puede causar disfunción de la articulación temporomandibular (articulación entre el hueso temporal y la mandíbula). También puede ocasionar dolor en la articulación al comer. Por esta razón, es recomendable que el ajuste del aparato lo lleve a cabo un dentista o cirujano oral. Asimismo, el aparato dental requiere poseer dientes naturales para encajarlo correctamente.


A veces, cuando la causa de la dolencia sea anatómica o física queda la posibilidad de recurrir a la cirugía. Existen varios procedimientos quirúrgicos para ensanchar la vía respiratoria, aunque ninguno de ellos garantiza el éxito completo, ni está exento de riesgos.


La uvulopalatofaringoplastia, que se emplea para retirar el exceso de tejido de la parte de atrás de la garganta (la úvula y parte del velo del paladar), solo ofrece entre un 30 y 50% de éxito.


Por su parte la uvulopalatoplastia, que se aplica mediante rayos láser, se utiliza para eliminar los ronquidos, pero no se ha demostrado eficaz en el tratamiento de la apnea.


La traqueotomía, que consiste en hacer un pequeño orificio en la tráquea para facilitar la entrada del aire, se emplea solo en casos graves y potencialmente mortales.


© Redacción - Abril 2010
Todos los derechos reservados
Safe Creative #1004176027259

Referencias:
El Manual Merck
National Center on Sleep - U.S. Departament of Healt
FamilyDoctor.org
National Library of Medicine
American Sleep Apnea Association
MedicineNet.com
WebMD.com

Entradas que pueden interesarte

Recomendaciones