CÓMO TRATAR EL DOLOR DE CABEZA



Tipos de dolores de cabeza


El dolor de cabeza o cefalea

El dolor de cabeza afecta a un amplio sector de la sociedad. Son muchas las personas que padecen en su vida, en mayor o menor medida, este tipo de dolencia.  En España cerca del 50% de la población sufre cefaleas una vez al año y 1 de cada 5 las padece de forma recurrente.


La cefalea se produce por estimulación, tensión o presión de cualquiera de las estructuras craneales sensibles al dolor.  Tanto la dilatación como la contracción de las paredes de los vasos sanguíneos estimulan las terminaciones nerviosas, lo que causa el dolor. La mayor parte de las cefaleas tienen origen extra-craneal. Otras las menos frecuentes, causadas por problemas intra-craneales, tienen que ver con malformaciones vasculares y trombosis venosas que pueden provocar ictus.


El dolor de cabeza es un síntoma frecuente y rara vez resulta letal para la vida del paciente. Es una afección transitoria que desaparece con la aplicación de analgésicos. No obstante puede ser síntoma o consecuencia de otro tipo de trastorno interno. Por ello es conveniente que si el dolor resulta persistente sea evaluado por personal médico, con el fin de excluir dolencias secundarias.


¿Qué tipo de dolor de cabeza tengo?

El típico dolor de cabeza tiene diferente tipología, esto es, existen diferentes tipos de cefaleas. Por lo general la gente, los que no la sufren de manera habitual, no tiene un conocimiento claro acerca de las distintas variantes. Sin embargo es importante discernir entre las diferentes variedades de esta dolencia.


Algunas de estas variantes producen pinchazos, otras opresión y todas dolor. Es fundamental, pues, conocer cuál es el dolor de cabeza para tratar adecuadamente la dolencia. Dependiendo las molestias podemos conocer el tipo de cefalea de que se trata y aplicar la terapia más adecuada, tanto a nivel farmacéutico como alternativo.


Los dolores de cabeza más habituales son: cefalea tensional, cefalea en racimos, cefalea sinusal, cefalea de rebote, migraña o jaqueca, cefalea por esfuerzo y cefalea postraumática. A todas ellas nos referiremos a continuación.



Cefalea tensional

Es un tipo de dolor no pulsátil, bilateral –afecta a ambos lados-, con dolor leve a moderado y de duración media entre 30 minutos y una semana. Un dolor constante que suele empezar en la parte posterior y que se propaga como presión alrededor de la cabeza, sobre todo en las sienes.


No empeora con el ejercicio. Tampoco produce nauseas, vómitos, intolerancia a la luz ni a los olores.

El uso de analgésicos suele ser suficiente para tratar el dolor, salvo los casos crónicos que deben atenderse bajo prescripción facultativa.


Las causas se atribuyen a factores diversos como la contracción de músculos del cuello y cuero cabelludo, malas posturas, sedentarismo e incluso estados de ansiedad.


Cefalea en racimo

Este tipo de dolor de cabeza afecta más a los hombres, aparece de repente, es recurrente y se reproduce varias veces al día. Tiene una duración entre 15 minutos a 3 horas. La zona afectada suele ser la frente, a un único lado, y más concretamente la zona orbital de los ojos, y viene acompañada de congestión ocular y nasal acuosa en el mismo lado de la cara.


El tratamiento a aplicar es preventivo, abortivo y analgésico. Aunque no existe cura, los medicamentos pueden reducir la frecuencia y duración.


Los desencadenantes de este tipo de dolor de cabeza suelen ser el alcohol, tabaco, alteraciones del sueño, cambios barométricos –cambios del tiempo- e incluso componentes genéticos.


Cefalea sinusal

Es un dolor de cabeza producido por la inflamación de los conductos de los senos paranasales, probablemente debido a una infección. El dolor alcanza la parte central de la cabeza y cara. Suele durar hasta 12 horas. También puede llegar a producir fiebre en el paciente, sobre todo en casos de infección.


El tratamiento acostumbra a ser de tipo analgésico, descongestionante e incluso con antihistamínicos y antibióticos. Es un tipo de dolor consecuencia de otra anomalía, por lo que debe ser tratado medicamente.


Cefalea de rebote

Paradójicamente este tipo de dolor de cabeza se produce por el excesivo uso de analgésicos, tomados en su caso para aliviar los característicos dolores de cabeza. Es la respuesta rebote del organismo que interacciona con el medicamento.


El paciente entra en un bucle en que el medicamento produce su efecto analgésico, para luego producir más dolor.


Se trata, pues, de romper ese bucle. Para ello, será preciso intentar prescindir del fármaco utilizando alternativas naturales, durante periodos no inferiores a una semana. Todo ello, mejor bajo supervisión especializada.


Migraña o jaqueca

Se trata de un dolor unilateral, fuerte y palpitante o punzante, acompañado de náuseas y alteraciones visuales. Aumenta con el movimiento y afecta a la zona frontal y sien de un lado de la cabeza.


Es un tipo de afección compleja, cuyas causas parecen derivar de alteraciones de los genes, por lo que no se descartan componentes genéticos. Más habitual en la mujer que en el hombre, tal vez por derivaciones hormonales. Tanto la ansiedad como el estrés actúan como principales desencadenantes.


Cefalea por esfuerzo

Se produce como consecuencia de un esfuerzo realizado con anterioridad. Practicar algún deporte de esfuerzo, como maratón, natación, halterofilia, etc. Incluso algunas personas –por lo general hombres- lo sufren tras practicar sexo. Suele durar entre 15 minutos y varias horas, con dolor agudo y localizado.


Desaparece por sí sólo, después de haber descansado y relajado el organismo. Puede tratarse básicamente rebajando la intensidad de la actividad que la provoca.


Cefalea postraumática

Este tipo de dolor es consecuencia de algún golpe producido en la cabeza. No necesariamente aparece en ese momento, de ahí su peligrosidad. En algunos casos se advierte pasados unos días. Es un dolor parecido a la cefalea tensional y debe ser siempre analizado en profundidad por el especialista médico, con el fin de descartar posibles daños derivados.


Medidas preventivas

Hay factores que influyen en la tenencia de este tipo de enfermedad, o por lo menos agudizan el problema. Entre ellos cabe destacar, la alimentación, la bebida, el estado emocional e incluso el ambiente natural que nos rodea.


El alcohol, el tabaco, el exceso de cafeína –la cafeína en mínima dosis puede resultar beneficiosa para algunos tipos de cefalea-, el chocolate, los embutidos, el queso curado, el exceso de sal, las bebidas de cola, suelen empeorar el estado de este tipo de enfermos.


A su vez, el estrés, la irritabilidad, la ansiedad y los estados depresivos actúan como desencadenantes de los dolores de cabeza. Incluso los cambios de tiempo, la variación  barométrica, los vientos, las lluvias, la contaminación, etc. inciden en la aparición de muchos de los dolores de cabeza.


La fisioterapia, la aplicación de compresas de frio y/o calor –dependiendo del tipo de dolor y de la persona-,  puede resultar útil como alternativa a los fármacos. También la ausencia de sedentarismo, la actividad física suave como pasear, el contacto regular con la naturaleza, la relajación tipo yoga, respetar horarios de comida y horas de sueño –entre 7 y 8 horas-, son aliados benefactores.


Si a todo ello sumamos una alimentación racional y equilibrada junto a un estilo de vida sano, tendremos mucho trecho ganado al dolor.


© Equipo de redacción
Septiembre 2015
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