El aceite de oliva, una fuente de salud
El aceite de oliva es tal vez el aceite más utilizado en la cocina mediterránea. Pero su uso no sólo se remite al ámbito culinario sino que también es ampliamente usado como fuente de salud para la piel y también como ingrediente cosmético para tratamientos de belleza.
Este aceite que se extrae del fruto del olivo, la oliva o aceituna –de ahí el nombre de aceite-, es capaz de preservar su aroma, sabor, nutrientes y demás propiedades durante años, siempre que se proteja de la luz.
El olivo, originario de Mesopotamia, fue introducido en la cuenca mediterránea por los romanos durante los primeros años de nuestra era, siendo desde entonces ampliamente utilizado, no sólo como condimento culinario, sino también como benefactor de salud, por sus propiedades medicinales para tratar enfermedades y fortalecer el organismo.
El aceite de oliva es uno de los aceites vegetales con más propiedades para la salud y la belleza. Sus beneficios eran ya conocidos en la antigua Grecia y también los romanos usaban este aceite por su alto valor terapéutico. De hecho, actualmente se utiliza en muchos productos farmacéuticos.
El aceite de oliva es uno de los aceites vegetales con más propiedades para la salud y la belleza.
Hoy día, la popularidad de este aceite se ha extendido a nivel mundial y actualmente es ampliamente recomendado su uso en la dieta diaria. Son muchas las personas que se han sumado a su consumo para lograr un estilo de vida más saludable y beneficiarse de sus cualidades dietéticas y cardiovasculares. Una de sus propiedades más conocidas es su capacidad para reducir el colesterol y mantener una buena salud cardiaca.
Consumido en la dieta diaria, el aceite de oliva proporciona al organismo la mayoría de grasas esenciales que este necesita. Asimismo, ayuda a reducir el colesterol nocivo y fortalece la salud en general.
Su consumo de forma regular ayuda a combatir el estreñimiento y otras dolencias relacionadas con el sistema digestivo, como por ejemplo gastritis e incluso úlceras.
Otras de sus características benefactoras son su alta concentración de sustancias antioxidantes y ácidos grasos monoinsaturados (omega 9), que tan saludables resultan.
Estudios realizados aseveran que el consumo regular de aceite de oliva ayuda de forma notable a disminuir los riesgos de enfermedades relacionadas con el corazón. Esto es debido a que este aceite reduce la lipoproteína perjudicial, o lo que es lo mismo el colesterol malo, y eleva el nivel de la lipoproteína de alta densidad, esto es, el colesterol bueno, que es esencial para mantener nuestro corazón en perfecto estado.
Otros estudios, también, han revelado que las personas que incluyen en su dieta diaria el aceite de oliva son menos propensas a padecer cáncer de colon que otras que no lo consumen.
Tanto las vitaminas como el hierro presente en este aceite actúan de forma beneficiosa y mejoran la apariencia de la piel...
El aceite de oliva es rico en vitaminas A, B, C, D y E y también resulta muy saludable para el tratamiento de la piel. La aplicación diaria sobre la piel del cuerpo ayuda a combatir las arrugas, la sequedad y otros signos de envejecimiento. Tanto las vitaminas como el hierro presente en este aceite actúan de forma beneficiosa y mejoran la apariencia de la piel, haciendo que esta adquiera suavidad, tersura y flexibilidad.
Una pequeña cantidad de este aceite extendida sobre la piel es suficiente para mejorar su apariencia.
Aunque el precio de este aceite, en comparación con otros, pueda resultar algo caro, las ventajas que aporta a nuestro organismo en general hacen que valga la pena pagar esa diferencia. A medio y largo plazo nuestro organismo agradecerá su consumo.
Rina García
Diplomada en enfermería y terapias alternativas.
Marzo 2012
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